viernes, 2 de febrero de 2018

Consulta 2018, pregunta 1: Sobre la ley de Plusvalía

¿Está usted de acuerdo con que se derogue la Ley Orgánica para Evitar la Especulación sobre el Valor de las Tierras y Fijación de Tributos, conocida como "Ley de Plusvalía", según el Anexo 1?

La famosa ley es tan nefasta que provocó que algunos de mis amigos correístas dejen de serlo. Al momento de hacer cálculos sobre lo que terminan costando sus propiedades si intentan venderlas, se dieron cuenta de que no les alcanzaría para comprar otra propiedad similar, debido a la exorbitante tajada que se lleva el estado. Cabe recalcar que actualmente los gobiernos locales ya lleva su porción de "impuesto a las alcabalas" cada vez que se vende una propiedad, pero acá se habló de acabar con las supuestas "ganancias ilegítimas" de los especuladores, quienes compran terrenos o predios sabiendo que en unos años habrá obra pública que genere plusvalía en el sector, para después venderlos. Digamos que la ley tuvo buenas intenciones, y es verdad, que en muchas ocasiones la plusvalía depende de la obra pública, pero no siempre la obra pública es la que genera plusvalía, es más, a veces la obra pública arruina los precios de un sector.

Vamos poniendo ejemplos: cuando la obra pública no es la que genera la plusvalía, si no la inversión privada, el caso más relevante: Mall del Sol, Plaza del Sol, y alrededores que pertenecen al Grupo Nobis. Este sector tiene una inversión privada importante que ha hecho que los precios de venta y alquiler de ciudadelas como Vernaza Norte hayan subido desde que se empezó a construir dicho centro comercial, sin mayor intervención municipal. En el mismo sector, la ciudadela Adace, frente al aeropuerto, ya tenía cierto valor comercial por su cercanía al aeropuerto (obra pública, obviamente), pero era mayormente una zona de bodegas, y ahora ha surgido una importante oferta de locales de comida debido a la gente que trabaja el centro comercial, hospital, hoteles, oficinas, y demás que funcionan en las inversiones del área mencionada. Todos los alrededores han tenido una plusvalía significativa con cada construcción nueva, ¿y por qué el gobierno tiene que llevarse una tajada de esta utilidad? ¿Por qué se considera ilegítima? Lo mismo pasa con los alrededores de cualquier centro comercial que se construye. Es verdad que a los municipios también les toca invertir en adecuar sus redes sanitarias y eléctricas para las nuevas construcciones, pero son acuerdos a los que se llega antes de construir, y básicamente las nuevas construcciones, con sus impuestos, pagan estas inversiones, a largo plazo.

Ahora, mencionemos los casos en que la obra pública arruina los precios de un sector. Los casos más evidentes, son cada paso a desnivel que se construye. Los bajos de los pasos a desnivel se vuelven sitios peligrosos por la velocidad con la que los vehículos suben y bajan, debido a esto la gente evita pasar por los alrededores, con lo que algunos sectores se vuelven desolados en cuanto a circulación peatonal se refiere, y esta desolación genera delincuencia. Un par de ejemplos: el paso elevado de la calle José de Antepara, que sirve para cruzar sobre las calles Portete y Venezuela. Ese sector en el día tiene algo de vida, pero en la noche es casi completamente muerto, está mal iluminado, y es difícil pasar por ahí a pie a menos que se sea del barrio. En algunos casos hay casas que tiene tres y cuatro pisos de alto y quedaron a escasos metros del paso a desnivel, quedando sus casas expuestas a que cualquiera se pueda meter por las ventanas o balcones usando el puente, teniendo que enrejar dichos accesos, y poner alambres de púas para evitar las invasiones desde el puente. Sin mencionar que las fachadas pasan cubiertas de polvo y hollín de los carros que circulan al pie, por el puente. Otro ejemplo es el intercambiador de tráfico de la Av. 25 de Julio con la Pío Jaramillo, o Perimetral. El extremo del puente que está al pie de un edificio de CNT, por mucho que lo hayan regenerado, pasa desolado, y en las noches es difícil caminar por ese sector, aunque se sea del barrio. Es normal ver gente haciendo sus necesidades bajo el puente, chamberos destruyendo fundas de basura, y no faltan los robos en la noche y madrugada. Ambos casos son obra pública orientada a facilitar el tráfico automotor, pero se olvidaron del componente humano de los alrededores. Y en casi cualquier paso vehicular elevado, se repite la historia. Y no olvidemos el paso de la Metrovía por la ciudad. Como los buses de dicho sistema en nuestra ciudad circulan sobre el carril izquierdo, esto eliminó los espacios de parqueo en varios sectores comerciales, lo cual hizo que disminuya la clientela, y por lo tanto, cierren negocios. El avalúo comercial se fue por los suelos.

Pero la ley no contempla la caída de los precios por culpa de la obra pública. Tampoco perdona cuando uno compra un bien inmueble antes de saber que va a haber obra pública importante en el sector. El negocio inmobiliario tiene parte de especulación, y parte de suerte. Dicen que esta ley evita que la gente le ponga el precio que le da la gana a la casa en que quieres vivir. Pero para eso está el libre mercado, si alguien tiene una casa en venta con un precio muy alto para el sector, será el mismo mercado quien obligue a bajar los precios, y los avalúos municipales y comerciales están de base para la fijación de los precios, no se puede argumentar que es que la gente quien pone los precios que le da la gana. Se debió buscar evitar la especulación, limitando las ganancias de quien compra un terreno justo cuando se anuncia inversión en el sector, tal como ha ocurrido con los cientos de hectáreas en la cercanía de Daular, desde que se anunció la construcción del nuevo aeropuerto de Guayaquil, y en Posorja, con la construcción del puerto de aguas profundas. La ley actual debe derogarse, y en su lugar debería redactarse una mejor enfocada.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario