¿Para garantizar el principio de alternabilidad, está usted de acuerdo con enmendar la Constitución de la República del Ecuador para que todas las autoridades de elección popular puedan ser reelectas por una sola vez para el mismo cargo, recuperando el mandato de la Constitución de Montecristi y dejando sin efecto la reelección indefinida aprobada mediante enmienda por la Asamblea Nacional el 3 de diciembre de 2015, según lo establecido en el Anexo 2?
Esta es sencilla: SÍ. He escuchado argumentar que limitar la posibilidad de reelección vulnera los derechos políticos de los ciudadanos en general, otros dicen que es dedicatoria para que Rafael Correa no regrese al poder, otros creen que se quiere impedir que Jaime Nebot siga siendo alcalde de una ciudad en la que ni siquiera vive, y otros tantos, queriendo ser objetivos, dicen que hay cientos, incluso miles de alcaldes que están haciendo un buen trabajo, y merecen seguir haciéndolo. Pero recordemos que la Constitución de Montecristi, la cual supuestamente iba a durar 100 años por lo perfecta que era, contemplaba la reelección por una sola vez, y no necesariamente para garantizar el principio de alternancia, lo cual está bien, sino que si metían la posibilidad de reelección indefinida, se arriesgaban a que el pueblo rechace la constitución en la que se gastó tantos recursos.
Recordemos que el poder corrompe, y cuando una persona tiene mucho tiempo en el poder, se expone a dicha corrupción. Viviría en una permanente campaña de aprobación, con la cabeza en las siguientes elecciones, antes que dedicarse a hacer el trabajo para el que fue electo. A veces es necesario tomar decisiones difíciles, pero necesarias, y si se vive pensando en cuánto afectarán dichas decisiones a la popularidad de uno, uno no hace su trabajo como corresponde. Y postergar decisiones difíciles pensando en su popularidad, también podría considerarse una forma de corrupción, pues sólo se está pensando su propio beneficio.
Finalmente, creer que nadie más es capaz de manejar y organizar la ciudad, la provincia, el estado, o cualquier otro ámbito cubierto por una dignidad de elección popular, que quien está de turno, es cerrarse otros posibles buenos candidatos. Quienes están en el poder actualmente deberían formar a sus sucesores, a nuevos líderes, no perennizarse en su mandato. Parece que se prefiere el mal conocido, al bueno por conocer.
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