Diferentes situaciones me hicieron notar que necesito ganar más dinero con carácter de urgencia. Mi trabajo de oficina no era la solución, así que revisé mis alternativas. ¿Vender algo? He puesto un par de artículos en venta, pero la gente no ofrece lo que realmente valen. No estoy intentando sacar la misma cantidad en que yo los compré, pero la gente a veces abusa. Hasta ofrecen trueques cuando en el anuncio claramente pongo que solo acepto efectivo. Y está puesto en perfecto español, y resaltado. También he optado por dar clases de programación, pero es una lotería. Los estudiantes universitarios solo buscan ayuda cuando están por quedarse. Entonces, es hora de emprender un negocio.
Me asocié con Jessica, la madre de mi hijo, para vender su encebollado. Vale la pena mencionar que desde la primera vez que probé su encebollado, hace como 7 años, lo primero que le dije fue: "estás perdiendo plata". Bueno, es hora de que su encebollado sea apreciado por el mundo. Empezamos despacio, con poco producto, revisando precios de materia prima y consumibles, de un lado para otro, de arriba para abajo para dejar todo listo. El fin de semana fue agotador, organizándonos y repartiendo publicidad, y a la hora de la verdad, recibiendo pedidos y repartiendo. Al final de este primer fin de semana, el balance: 2 días agotadores de poco dormir, en dinero no ganamos pero tampoco perdimos, pasé más tiempo con mi hijo, y la comida que sobró me la comí (se consideraría ganancia). Pero lo más interesante fue pasé de quejarme de que necesitaba plata, a hacer algo para arreglar la situación, y todo el fin de semana olvidé por completo mi trabajo de lunes a viernes, cosa que me permitió regresar el lunes con la mente fresca y despejada. Quedé satisfecho, y con expectativas de lo que traerá el siguiente fin de semana.
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