lunes, 11 de enero de 2016

Que cada cual escoja su veneno

De un tiempo para acá me he topado con que más gente de la que uno cree consume drogas para uso recreativo, siendo la droga de preferencia la marihuana, debido a sus aparentes casi mínimos efectos negativos, si la comparamos con el uso del tabaco y el alcohol, ambas sustancias perfectamente legales, y que pagan impuestos. Los que me conocen saben que el único veneno que consumo es el alcohol, y para mi era normal ver con cierto recelo este mundo de las drogas ilegales, hasta que me di cuenta de que el recelo era porque no sabía absolutamente nada del tema, y había evitado tocar el tema con la gente que la consumía. Con el tiempo me he vuelto más abierto y receptivo con el tema, tanto como se puede sin llegar a consumir, ya que aún no me llama la atención, y he llegado a unas breves conclusiones:

Algunos de los no consumidores en algún momento de la vida hemos llegado a considerar a los consumidores de droga, cualquiera que esta sea, como adictos. Y esto es, gracias a las campañas anti-drogas que llegan a escuelas y colegios, y el respectivo trabajo de (des)información que hace la prensa, cuando esto no es necesariamente verdad. Es cierto que una persona que llega a probar drogas puede volverse adicta... pero también es verdad que puede que no. Depende de la droga (la marihuana es la menos adictiva, y uno puede morir de sobredosis de alcohol... pero no se han reportado sobredosis de marihuana) y de la personalidad del individuo. Hay gente que prueba drogas solo por experimentar, para saber de lo que hablan, de lo que se están perdiendo, y hay gente que se droga para escapar de su realidad. Entonces tenemos una combinación de sustancia adictiva con personalidad adictiva, la peor de las combinaciones. Y están los que se vuelven adictos sin quererlo, porque deben tomar fuertes medicinas (legales) para el dolor, las cuales generan adicción.

Un consumo frecuente, pero moderado, no es adicción. Que alguien sienta necesidad de pegarse un porro de marihuana una vez el fin de semana para relajarse, no lo convierte en adicto. Sería como considerarme alcohólico porque yo necesito pegarme 2 cervezas con un pana en la esquina los fines de semana. Un par de cervezas con los amigos es relajante. Si alguien en lugar de atentar contra su hígado prefiere relajarse fumando algo... ¿estoy en posición de juzgarlo? Evidentemente, no.

Las adicciones no se limitan a las drogas ilegales. La gente puede crear adicción al alcohol, al cigarrillo, a las drogas, al juego, a la comida, a los videojuegos, a navegar en internet, al sexo, a las compras, al trabajo... pero solo las drogas están prohibidas. Si se penaliza las drogas porque son malas para la salud... ¿qué pasó con los demás tipos de adicciones? ¿Por qué el trabajo no es ilegal?

La marihuana aparte de garantizar un vuelo, también es medicina natural, y está comprobada su eficacia en el tratamiento para el dolor provocado por enfermedades de los huesos, que normalmente se trata con medicamientos opiáceos/opióides, los cual provocan adicción. La marihuana en ciertos casos ni siquiera necesita ser consumida para hacer efecto, basta con mezclarla con alcohol, y frotar esta mezcla sobre el área afectada. Y sin efectos colaterales.

En este punto uno se pregunta, ¿por qué la ilegalidad de la marihuana? He escuchado y leído todo tipo de teorías, unas más absurdas que otras. Hay quienes fundamentan la ilegalidad aferrándose a la moralidad, pero si se intenta aplicar el mismo fundamento contra el alcohol, de repente pierde fuerza.

¿Por qué no eliminar la ilegalidad de las ahora drogas ilegales, y convertirlas en drogas reguladas? Que el estado deje de gastar recursos en la lucha contra las drogas, que las regule y cobre impuestos sobre las mismas. Me arriesgo a pensar que el beneficio económico sería interesante.

"Pero qué pasará con los niños y jóvenes que estarían expuestos", pensarán los más moralistas. La cosa es sencilla: hay que aplicar los mismos controles y leyes que tienen el alcohol y el tabaco. Se debe prohibir la venta y el consumo a menores de 18 años. Adicionalmente los padres deben estar pendientes de que sus hijos no consuman estas sustancias mientras sean menores de edad, y predicar con el ejemplo, no consumiendo en presencia de sus hijos. Sencillo, ¿verdad?

Para finalizar... las drogas no acabarán con la sociedad. La sociedad puede escoger acabarse usando cualquiera de las adicciones antes mencionadas, o con una combinación de todas ellas. Que cada cual escoja su veneno.

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