martes, 19 de enero de 2016

Volveré a anular mi voto

Hoy en la ciudad de Cuenca se reunieron buena parte de los líderes de la oposición, entre ellos Jaime Nebot, Ramiro González, Cinthya Viteri, Carlos Falquez, César Rodríguez, Leonardo Viteri, Luzmila Nicolalde, Fernando Aguirre, entre otros. Son de varios partidos políticos, pero al parecer, están formando un frente común capaz de derrotar a Alianza País en las próximas elecciones, y tratar de que la derecha vuelva a gobernar. La situación es muy diferente a lo que se vive en Venezuela, pues Correa no es Maduro (menos mal), y es más inteligente y está mejor asesorado que su homólogo venezolano. Maduro se cae por por su propio peso, y cada vez que intenta arreglar las cosas parece que la caga más, mientras Correa hace malabares con la economía e indicadores, a la vez que intenta cambiar nuestra perspectiva asegurando que él tiene la razón, y todos los que están en su contra están equivocados. Parece que de a poco está bajando el tono confrontativo (de a poquito, fíjense), tal vez porque hay elecciones más o menos cerca y tiene que recuperar la simpatía de toda la gente que le está dando la espalda poco a poco.

En teoría, suena interesante el tener una derecha unida... pero no es que sean tan unidos. No van a hacer una lista única, cada partido va a sacar sus listas para asambleístas, y hablando de candidato presidencial, ni de chiste van a llegar a consenso para sacar un candidato único. No se trata de ideologías, se trata de que todos quieren el poder. Y ese es el punto. Esta concertación, convergencia, o como quieran decirle, no trae propuestas, agenda para el cambio, ni un ofrecimiento. Solo se unen para que Alianza País no siga con la mayoría legislativa que tiene, y por ende, todo lo demás es ganancia. Es una lucha entre la antigua partidocracia, y la nueva partidocracia. Sí, porque Alianza País es la nueva partidocracia, el término que acuñaron para referirse despectivamente a sus predecesores, ahora les queda a ellos. Y la verdad no sé si realmente haya ganadores en esta contienda.

Me atrevo a pensar mal, y lanzo mi interpretación de la futura contienda por Carondelet: Correa decidió no lanzarse nuevamente de candidato inmediatamente, porque tiene serias dudas sobre si esta vez podría ganar, ya que el desplome de los precios del petróleo sacó a la luz la falta de criterio para manejar ingresos por un barril de petróleo que tenía precios exagerados, sin motivo alguno. Yo, que no soy economista, estaba seguro de que esos precios no podían durar mucho tiempo (aunque duraron más de lo que esperaba), y después de eso vendría un desplome (aunque no esperaba un desplome tan exagerado). En fin, entró dinero en exceso que no se supo administrar ni ahorrar, el estado ante la falta de dinero poco a poco empezó a retrasarse en pagos a proveedores, provocando una recesión (que Correa niega) ya que medio mundo, directa o indirectamente, trabajaba con el estado (soy de esos). Quedó claro que el estado se dedicó a despilfarrar dinero, y ahora no sabe qué hacer, y siendo alarmistas (que no suelo serlo), diría que el estado está al borde de la banca rota... pero probablemente Correa saque uno que otro cuadro estadístico que indique otra cosa. Lo malo de las estadísticas, es que la misma realidad puede ser mostrada de varias maneras, dependiendo de aspecto de dicha realidad que realmente quieres mostrar.

En fin, ante este panorama incierto, Correa decide dar un paso a un costado, que exponerse a perder su primera elección. Pero el país que deja, no pinta bien. El próximo presidente que venga hará números, se dará cuenta de que la cosa es insostenible, y adivinen qué: ¡paquetazo! Correa ha sido inteligente y ha mandado todas sus medidas de a poquito, de manera que no se sienten, pero la derecha suele ser extremista en materia económica, y lanza todo de golpe. Y hablando de golpes, el nuevo presidente se expondrá casi inmediatamente a uno, debido a las medidas que deberá tomar para intentar obtener recursos para sacar el país adelante. Entonces, si la asamblea sigue estando a su favor (probablemente), aplicarán la muerte cruzada, y nuevamente llamarán a elecciones... y adivinen qué ex-presidente, que nunca ha perdido una elección, y que para entonces habrá tenido unos meses de descanso para renovar energías, se postulará. Ese mismo, Correa. Y como el pueblo vio que Correa tuvo años buenos (porque sí los tuvo), lo volverán a elegir. Y entonces este renovado Correa le pedirá a los ecuatorianos poner el hombro, aunar esfuerzos, apretarse el cinturón, y pondrá una serie de medidas, de a poquito (o paquetito), que harán lo mismo que el paquetazo... pero con mejor publicidad. Después de eso, el resto es ganancia para Correa.

El panorama pinta feo para cualquiera que se lance. Y no solo por lo que va a pasar si gana, si no que ninguna de las opciones me convence. Lasso no convence ni a su madre, Alvarito no convence ni a su mujer, Dalo no tiene la menor esperanza, espero que sea mentira lo de José Delgado, no sé si Lucio sea tan cara de tuco de volver a intentarlo, y si Correa se lanzaba, como están las cosas, dudo que gane. Probablemente sea la elección con las peores opciones en la papeleta. Si fuera un restaurante, y la papeleta el menú, probablemente preferiría irme a otro restaurante. Pero no es un restaurante, es mi país, no puedo irme a votar a otro lado, y sé que si escojo cualquiera de las opciones disponibles, saldré con un mal sabor de boca, y al día siguiente tendré un chuchaqui moral. Una vez más, y quién sabe cuántas veces más, anularé mi voto.

1 comentario:

  1. Pues si tocayo, lo que se viene no pinta bien para quien quiera ser presidente. Me da la impresión que Correa se la juega luego de darse cuenta que metió la pata. Y parece que la jugada puede que le salga bien.

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